Proyectos profesionales

En un mundo gris, de acomodo y falta de imaginación, siempre he creido que los jóvenes debíamos empujar el carro  e intentar luchar por nuestros sueños y ambiciones. Que no nos dejen no debe convertirse en una excusa, sino en la causa de luchar más intensamente y esforzarse cada día más, disfrutando.

De las montañas he aprendido lo que es el sacrificio, el trabajo en equipo, la amistad, las necesidades y he sobrevivido a base de lo mínimo creando mis proyectos desde la nada. Como en la montaña, en mi vida profesional me he embarcado en ideas que he creado desde «cero», dándole prioridad a la imaginación y a la relación entre una pasión y un oficio.

Cuando comencé mis estudios de Derecho, jamás pude llegar a imaginar que una rama laboral que me producía tal hastío, podría llegar a convertirse en un motor de mi vida: únicamente dependía del cristal a través del que lo mirara. Un buen día conseguí entender que, ayudar a solucionar los problemas de los demás podía dotar de sentido a una profesión que mucha gente considera «gris».

El día que entendí que TODO es Derecho y que la montaña y el deporte estaban untados de un barniz jurídico, orienté mis esfuerzos a entender un mundo apasionante.

Mi cabeza siempre está dando vueltas. Lo más bonito de subir una montaña no es alcanzar la cumbre, sino el esfuerzo que imprimis hasta lograrlo. En un proyecto empresarial, al igual que en una gran cima o un gran viaje de exploración, lo más gratificante es el viaje, la meta es tan sólo la guinda del pastel. Continúo emprendiendo.